La pandemia del COVID-19 ha hecho estragos incontables en Estados Unidos, acabando no solo con la vida de 296 mil vidas y dejando más de 16 millones de contagios, sino que ha tenido un terrible efecto en la salud mental y emocional de niños, jóvenes y adultos.
Y esta vez los residentes del estado de Maine se quedaron conmocionados tras enterarse del suicidio de Spencer Smith, un adolescente de 16 años, quien no pudo lidiar bien con el encierro de la pandemia y las restricciones.
La noticia fue revelada por NBC News, donde se aseguró que el hecho ocurrió en la ciudad de Brunswick, y que según el padre del menor, Jay Smith, habría sido la soledad lo que llevó a que el joven decidiera poner fin a sus días.
“Sabíamos que estaba molesto porque ya no podía participar en sus actividades escolares, el fútbol”, comentó Smith a la cadena NBC News. “Nunca imaginamos que fuera tan fuerte. Si hecho la mirada atrás, podemos ver cositas que debimos haber captado, pero no nos dimos cuenta de que su salud mental se estaba deteriorando tanto”.
El padre del menor manifestó que el comportamiento de su hijo cambió todavía más cuando supo que el torneo de fútbol del otoño se realizaría también con restricciones, debido al aumento de contagios del coronavirus.
“Tan pronto se enteró de que ya no sería una temporada normal de fútbol, ahora que nos damos cuenta, notamos que dejó de entrenar”, dijo Smith al canal WMTW. “Dejó de montar su bicicleta, al punto de que ya no quería ejercitarse más. En vez de hacer ejercicio, dormía”.
Mira aquí al niño
Pero más allá del dolor del padre ante el suicidio de su hijo, el hombre hizo un llamado de alerta a padres y maestros para prestar ayuda a los niños que atraviesan por episodios emocionales que pueden terminar con desenlaces trágicos.
Smith destacó que el niño comenzó a bajar sus calificaciones en la escuela, que prefería quedarse en casa en vez de asistir a la opción de clases presenciales, y dijo que tras su muerte encontró una carta donde confesaba que el aislamiento y la soledad de la pandemia lo habían hecho sentirse en un gran encierro.
“Era un niño cariñoso y divertido, pero no vimos el dolor en el que aparentemente estaba”, dijo el padre, advirtiendo que existen recursos y planes de ayuda para que quienes tengan probelmas mentales y emocionales puedan recibir asistencia.
“Hay ayuda disponible allá afuera. Esta pandemia no puede durar para siempre y si se sienten solos y deprimidos, necesitan pedir ayuda. Las cosas van a mejorar. Le pido a los padres que hablen con sus hijos”.
El padre recordó que si alguien se siente mal puede llamar a la Línea Nacional de Prevención del suicidio al 1-800-273-8255.
Aquí puedes enterarte más de los programas de ayuda.