Del 22 al 30 de abril de 2024, la comunidad judía en el mundo celebrara la Pascua o Pésaj, un tiempo ceremonial de siete días por el cual cada integrante descendiente de Israel recordará todo el sufrimiento que tuvo que pasar antes de que Dios los liberara de la esclavitud egipcia.
¿Cuál es el origen del Pésaj?
La historia de la Pascua se encuentra en el libro del Éxodo de la Biblia hebrea, que relata la esclavitud de los israelitas y su posterior huida del antiguo Egipto. Temeroso de que los israelitas superasen en número a su pueblo, el faraón egipcio los esclaviza y ordena asesinar a todos los hijos judíos recién nacidos. Uno de los hijos es Moisés, cuyo nacimiento ha sido predicho como el salvador de los israelitas. Es salvado y criado por la hija del faraón.
En la edad adulta, Dios habla a Moisés, instándole a decir al faraón que deje ir a su pueblo. Pero el faraón se niega. A cambio, Dios hace caer 10 plagas consecutivas sobre Egipto (peste, nubes de langostas y agua que se convierte en sangre), pero perdona a los israelitas.
Durante la última plaga, un ángel vengador va de puerta en puerta en Egipto, matando al primogénito de cada hogar. Dios tiene otros planes para los israelitas, y ordena a Moisés que les diga que sacrifiquen un cordero, y que rocíen con su sangre los lados y la parte superior de los marcos de las puertas para que el ángel vengador “pase de largo”. Luego deben comer el cordero sacrificado con hierbas amargas y pan sin levadura. Esta es la gota que colma el vaso para el Faraón, que libera a los israelitas y los expulsa de Egipto.
Significado de la Pascua Judía
La Pascua Judía se centra en todo un simbolismo alrededor de su historia como pueblo de Dios, y con respecto a la vida de su “hijo” todas sus enseñanzas y sus practicas durante el tiempo que compartió con sus discípulos y su pueblo, antes de ser condenado a la crucifixión.
Para los judíos, la Pascua simboliza el cordero de Dios, y los panes ácimos consumidos por sus antecesores cuando fueron esclavizados por Egipto. Actualmente cada que un judío celebra el Pésaj, recuerda como su nación por miles de años fue sido sometida a la discriminación, el escarnio, los malos tratos y las expulsiones.
Un rechazo histórico
Informa La Razón, que hasta bien entrada la Edad Moderna, los judíos vivieron en Europa sujetos a las leyes de los príncipes cristianos, trabajando como agricultores, artesanos médicos, intelectuales, recaudadores y prestamistas… Actividad usuraria especialmente mal vista por los pueblos que acarreó mala fama a la generalidad, lo que unido a su aislamiento socio-religioso, a su endogamia y al estigma de la crucifixión de Cristo les hizo víctimas de persecuciones promovidas ante calamidades naturales o pandemias.
Esa conflictividad, la lucha por la unidad y motivos económicos, suscitaron, por encima de razones religiosas, sus expulsiones en gran parte de los reinos cristianos durante los siglos XIV y XV. Migraron hacia los Países Bajos, Polonia, Rusia, Grecia, Turquía y Norte de África o, dado el escalonamiento de las expulsiones, hacia reinos que habían dejado siglos antes, como Francia, Inglaterra o España. Y América. Aunque ya en el siglo XVI muchos judíos habían logrado burlar la prohibición española de emigrar hacia las nuevas tierras, sería a partir del XVII cuando llegarían en número relevante.
El enciclopedismo, la Revolución Francesa, la Independencia de Estados Unidos o Napoleón hicieron mucho por su igualdad de derechos, que sería casi universal a finales del siglo XIX.
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