Mexicana agredida sexualmente en Qatar fue condenada a 100 latigazos ¿Por qué?

Paola Schietekat

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Paola Schietekat

Como Paola Schietekat, fue identificada la mujer mexicana, que fue condenada por las autoridades de Qatar a recibir 100 latigazos y una pena de prisión de siete años, por denunciar ser víctima de abuso sexual.

“Denuncié porque, en un acto de amor propio, me negué a dejar que alguien lastimara así mi cuerpo de nuevo, sin consecuencias”, afirmó la mujer, en declaraciones citadas por La Vanguardia, sin desconocer que la policía de Qatar le daría la espalda pese a lo sucedido.

La joven de 27 años de edad, politóloga y antropóloga se encontraba trabajando en Doha, como economista conductual en el Supreme Committee for Delivery and Legacy, la entidad responsable de organizar el Mundial de Futbol 2022, cuando sucedió la agresión, y tras entablar una demanda por abuso sexual contra su victimario, el caso dio un giro en su contra y pasó a ser acusada de sostener relaciones extramaritales, una conducta fuertemente castigada en este país.

“En Qatar, tener una relación extramarital se paga con hasta siete años de cárcel, y en algunos casos la sentencia incluye cien latigazos”, relató Paola Schietekat en una carta.

De acusadora a acusada

La historia de este hecho se hizo viral luego de la publicación del periodista Julio Astillero, ‘Un mundo que parece odiar a las mujeres’ el pasado 8 de febrero de 2022, en donde Paola Schietekat, dio testimonio de como siendo residente desde el año 2020 en Qatar, cierto día de su estancia en el país oriental fue víctima, de nuevo, sometida a abuso sexual por parte de un hombre latino a quien consideraba su amigo. En su adolescencia, ella había sufrido una primera violación.

“El 6 de junio de 2021, un conocido, que consideré amigo, de la comunidad latina en Doha se metió a mi departamento en la noche, mientras yo dormía” afirmó Paola.

Dice la publicación, que el agresor entró a la habitación de la mujer por la noche, y la sometió a la fuerza al acceso carnal violento, por lo que ella al día siguiente fue a entablar la respectiva denuncia ante las autoridades policiales, presentando como evidencia, fotografías de las lesiones ocasionadas por su victimario.

“Después de un forcejeo breve, pues su fuerza sobrepasaba la mía, terminé en el piso. Horas después, me salieron moretones en todo el brazo izquierdo, el hombro y la espalda. Mantuve la cabeza fría: le avisé a mi mamá, a un colega del trabajo y documenté todo con fotos, para que mi memoria, en un intento de autoprotección, no minimizara los eventos o borrara por completo parte de ellos”.

Es de indicar que, en la diligencia de demanda, la joven fue acompañada por la embajadora de México en Qatar, Graciela Gómez, y el entonces cónsul Luis Alberto Ancona, y que la declaración se dio en idioma árabe.

“Fueron tres horas de interrogatorio. Ahí, todo fue en árabe, y con mi árabe limitado logré explicar la situación. Al preguntarme si quería una orden de alejamiento, no hacer nada, o ir a las últimas instancias, me congelé, por el shock, por el miedo y la falta de sueño, y volteé a ver al cónsul, quien me recomendó ir a las últimas instancias. Firmé la declaración en árabe y di los datos del agresor”, relató.

Sin embargo, horas más tarde, el caso dio un vuelco cuando las autoridades obtuvieron la versión del supuesto violador, quien rindió en su declaración, que no hubo ninguna situación de abuso y que por el contrario el sostenía una relación romántica con Paola. La denuncia entonces cambió a una acusación de sostenimiento de relaciones extramatrimoniales por parte de la mexicana, algo que es considerado un crimen por las leyes islámicas que rigen en Qatar.

“Horas después, a las nueve de la noche, me hablaron por teléfono para acudir urgentemente a la estación de policía. Extrañada, pregunté si era necesario que una mujer que acababa de ser agredida fuera sola a la estación de policía a esa hora. Su respuesta fue que, si no iba, mi denuncia sería descartada. Tomé un taxi. Al llegar a la estación, los policías pusieron delante de mí a mi agresor”, dijo la mujer.

Además, las autoridades exigieron a Paola, entregar su teléfono móvil, argumentando que el acusado había rendido versión de que ella era su pareja sentimental, por lo que necesitaban verificar sobre la supuesta relación que mantenían.

Dijo que yo era su novia. “De un momento a otro, mi denuncia ya no importaba”, afirmó, según informó Bola VIP.

Añadió que en cierto punto le exigieron una prueba de virginidad. “Muéstranos que tienes himen”. Por alguna razón yo había pasado a ser la acusada”, aseguró Paola. “No había cámaras que apuntaran directamente la puerta del departamento, así que no había forma de constatar que la agresión sucedió”.

Sin como demostrar que hubo violencia sexual, la solución que le presentó la abogada y el representante legal del agresor fue muy simple: cásate con él. “Para cerrar el caso que el Estado de Qatar abrió en mi contra solo debía casarme con mi agresor”, agregó. Además, indicó que le recomendaron portar la túnica para parecer una “mujer de buena moral”.

Con un aire de derrota e indignación, el 25 de julio del 2021, y con el apoyo del Supreme Committee for Delivery and Legacy Schietekat, Paola logró salir de Qatar.

“Nunca había respirado con más alivio que cuando me sellaron el pasaporte. En México paró la adrenalina y empezó un proceso más lento, aunque igual de complejo y doloroso”, explicó Schietekat.

Estando en su país de origen, la joven recibió un expediente en el que le informaron que su agresor había sido absuelto de todos los cargos. “Mientras vivamos en un mundo que parece odiar a las mujeres, las denuncias o no sirven, o se cuestionan, o llegan muy tarde para proceder, o hasta te criminalizan”, Schietekat en su texto.

Sin apoyo del gobierno de su pais

De acuerdo con El País, Schietekat denunció el poco apoyo consular que ha recibido durante el proceso judicial: “Observé la poca, o más bien, nula preparación de la Embajada para actuar en mi defensa. Nadie de las y los diplomáticos hablaba ni un poco de árabe, pero tampoco tenían el menor conocimiento de las leyes locales”, explica la joven, quien ha hecho hincapié en que fue Luis Ancona, antiguo cónsul en Qatar y actualmente en Bolivia, quien le recomendó ir a las últimas instancias. Además, asegura que Ancona le recomendó simplemente “cerrar bien la puerta de su departamento” para evitar una nueva agresión.

No obstante, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) mediante un comunicado emitido el pasado 16 de febrero, aseguro haber prestado todo el apoyo a la denunciante, e indicaron que no hubo necesidad de un traductor ya que Schietekat “hablaba árabe de manera fluida”, una afirmación que ella negó.

Dice, El Pais.com, que la joven mexicana concluye “Un mundo que parece odiar a las mujeres”, cuestionando las capacidades de su Embajada de ofrecer protección a todos los connacionales que visiten ese país este año: “¿Cómo servirá esa misma Embajada a miles de mexicanas y mexicanos que asistan al mundial en un país donde las relaciones fuera del matrimonio o la homosexualidad son penadas? ¿Cómo servirá esa Embajada a miles de mexicanas y mexicanos que no hablen árabe, que tampoco conozcan las leyes cataríes?”.

El pasado viernes, la antropologa y economista sostuvo una reunión con el Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, para aclarar su caso y procurar una intervención diplomática para que Paola pueda retornar a Doha.

“El consultor jurídico de la SRE, nuestro mejor abogado, se hará cargo de defenderla y de que sean respetados todos sus derechos como ciudadana mexicana”, escribió el canciller en un Twitter en el que aparece fotografiado con la joven.

Según El Espectador, no es la primera vez que algo así sucede en Qatar: Laura, una turista holandesa que visitó el país por vacaciones en 2016, fue condenada a un año de prisión y US $845 por mantener “relaciones extramaritales” con un hombre que la había drogado y violado después de verla en una discoteca. Al final, la mujer solo recibió tres meses de condena por la intervención de las autoridades de su país.

El violador también fue condenado, pero no por el abuso sexual sino por “adulterio y embriaguez pública”. Recibió 140 latigazos.

Ahora, la mexicana convertida al islam, espera una tercera audiencia el próximo 6 de marzo, luego de que el pasado 14 de febrero, la joven fuera llamada a una segunda audiencia en una corte criminal en Doha, a la que no acudió ni su abogada particular ni ningún representante consular mexicano.

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