En 1980, fue nominada por el presidente estadounidense Jimmy Carter para ser jueza del Tribunal de Apelaciones de EE.UU del Distrito de Columbia, convirtiéndose en la primer mujer jueza judía de la Corte Suprema.
En 1980, fue nominada por el presidente estadounidense Jimmy Carter para ser jueza del Tribunal de Apelaciones de EE.UU del Distrito de Columbia, convirtiéndose en la primer mujer jueza judía de la Corte Suprema.