En julio de 2018 un accidente de automóvil cambió la vida de Joe Dimeo, un joven de tan sólo 20 años de edad, que se quedó dormido mientras conducía sobre la ruta 22 de New Jersey, chocando su vehículo contra una acera, provocando su volcamiento de este y un posterior estallido en llamas.
Una persona que afortunadamente pasaba por ahí, logró sacarlo del auto antes de que este explotara, más sin embargo, Joe Dimeo ya había sufrido quemaduras en casi el 80% de su cuerpo. Las quemaduras presentadas fueron de tal gravedad que el joven quedo sin parpados, orejas y sin gran parte de sus dedos, además, de las cicatrices en su cara y cuello que limitaban su movimiento.
Luego del accidente, tras meses de estar en un coma inducido, Joe fue sometido a 20 cirugías reconstructivas en la cara y en sus brazos, pero los médicos no consiguieron la recuperación optima de su movilidad, y una vez que este paciente no respondió a las cirugías convencionales que le ayudaran a recuperar su visión y el movimiento de sus manos, en 2019 se consideró una cirugía de trasplante de rostro y manos.
“Dentro del mundo de los trasplantes, posiblemente estos sean los más inusuales”, dijo el doctor David Klassen, director médico de UNOS, según el San Diego Tribune.
De esta manera, su caso llegó a un hospital de Nueva York, y después de dos años del grave accidente, finalmente, Joe Dimeo, en agosto del año pasado recibió el trasplante de estos órganos en una operación que duró 23 horas, y que fue llevada a cabo por un equipo médico de 140 personas entre cirujanos y enfermeros. Abajo puedes ver una foto de Dimeo antes del accidente y a su izquierda, después del transplante de cara.
La cirugía fue realizada en el Centro Médico NYU Langone Health, afiliado a la Universidad de Nueva York. Los expertos dicen que fue un éxito, pero advirtieron que tomará algún tiempo decirlo con certeza.
“Es el paciente más motivado que he conocido”, dijo a periodistas el Dr. Eduardo Rodríguez, jefe del equipo que completó la cirugía sin precedentes, en una conferencia de prensa el miércoles.
“Se han realizado con éxito más de cien trasplantes de manos y cerca de 50 trasplantes de cara”, dijo Rodríguez. “Así que, fundamentalmente, no había ninguna razón por la que no pudieran ocurrir el transplante de ambos, con éxito”.
Ahora Dimeo debe empezar su recuperación, y hasta el momento no ha mostrado signos de rechazo a su nuevo rostro y manos, dijo el Dr. Rodríguez. El joven quien actualmente tiene 22 años de edad, dejó el hospital el pasado mes de noviembre, tiempo durante el cual recibió tratamiento terapéutico intensivo físico, ocupacional y del habla.
“La rehabilitación fue bastante intensa”, dijo el mismo Joe Dimeo, e implicó una gran cantidad de “reentrenamiento para hacer las cosas por su cuenta nuevamente”. De hecho, el joven durante una sesión reciente practicó arqueando las cejas, abriendo y cerrando los ojos, frunciendo la boca, levantando los pulgares y silbando. Joe Dimeo puede sentir que se le enfrían la frente y sus nuevas manos y, a menudo, estira la mano para apartar el pelo que cae sobre su nuevo rostro.
De nuevo Joe, puede vestirse y alimentarse por sí solo, jugar con su perro Búster, practica billar y golf. También está va al gimnasio, donde ha logrado levantar poco más de 22.5 kilos.
¿Es esta una cirugía común?
Es de señalar que los trasplantes de rostro y de manos, no es común realizarlos simultáneamente, y solo se había intentado hacer esta clase de operación en dos ocasiones anteriores. El primer intento fue en el año 2009 en un paciente de París quien tras pasar un mes de la cirugía murió por complicaciones relacionadas con el procedimiento. Luego, dos años más tarde, en la ciudad de Boston, médicos intentaron de nuevo realizar este procedimiento en una mujer que fue atacada por un chimpancé, pero días después tuvieron que retirarle las manos trasplantadas.
“El hecho de que lo hayan logrado es fantástico”, dijo el doctor Bohdan Pomahac, cirujano del hospital Brigham and Women’s de Boston, que encabezó el segundo intento de una operación de este tipo. “Sé de primera mano que es sumamente complicado. Es un éxito tremendo”.
Finalmente, Joe Dimeo tendrá que tomar medicamentos por el resto de su vida, para impedir que su cuerpo haga algún tipo de rechazo a los trasplantes, e igualmente deberá continuar con las terapias de rehabilitación que le permitan poco a poco ir recuperando la sensibilidad y la funcionalidad de los órganos trasplantados.
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