El martes 16 de marzo, en la noche, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden pidió a las familias y menores de edad indocumentados que hacen parte de la última oleada migratoria a territorio norteamericano, que permanezcan en sus sitios de origen y no se desplacen con destino a Estados Unidos.
“No vengan (a Estados Unidos). No se vayan de su pueblo, ciudad o comunidad”, dijo Joe Biden en una entrevista con la cadena ABC News que se emitirá este miércoles 17 de marzo, pero de la que la cadena adelantó hoy algunas partes.
Este mensaje lo dio el primer mandatario, en medio de una lluvia de críticas que van en aumento por la llegada de más personas migrantes a la frontera con el país mexicano, y luego de que su jefe de seguridad interior defendiera las políticas migratorias de su gobierno. Así mismo, el presidente Joe Biden rechazó todos los señalamientos que se le hacen por tomar la decisión de reversar la política de mano dura de su antecesor, el ex presidente Donald Trump, y que desencadenó en la llegada de más inmigrantes al país. El ejecutivo además, señaló que ha habido aumentos similares en los años 2019 y 2020.
La gran oleada migratoria
En estos últimos 20 años, esta ha sido la cifra más alta de migrantes a los Estados Unidos. Esta fue la denuncia que hicieron algunos miembros legisladores del partido republicano, que visitaron la frontera, y que señalaron al presidente Joe Biden de ser el gestor de esta crisis.
Frente a estos cuestionamientos, el mandatario actual, se refirió un día después.
“Estamos en vías de registrar más personas en la frontera sur que en los últimos 20 años”, dijo Alejandro Mayorkas, jefe del Departamento de Seguridad Interior (DHS) en un comunicado emitido más temprano este martes. “Esto no es nuevo. Hemos experimentado aumentos de la migración en 2019 y en 2014 y antes también. Desde abril de 2020 la cantidad registrada en la frontera sur no ha dejado de aumentar”, indicó el alto funcionario.
En febrero fueron arrestadas unas 100.000 personas en la frontera sur -entre ellas 9.457 menores no acompañados-, un aumento del 28% respecto a enero, según las autoridades.
Mayorkas dijo que el aumento de la llegada de menores se debe a que se puso fin a la política del gobierno anterior de “expulsar cruelmente a pequeños niños y dejarlos en manos de traficantes”.
“Son niños vulnerables y hemos acabado con la práctica de la administración anterior de expulsarlos”, dijo, de acuerdo a DW.
Mayorkas también indicó que la mayoría de las detenciones en la frontera son de adultos que viajan solos, que son devueltos salvo que sufran alguna “vulnerabilidad grave”.
En tanto, que las familias también son devueltas a México o a sus países de origen, para respetar las reglas impuestas por la pandemia “salvo cuando México no tiene capacidad de recibirlos”, agregó.
Cabe destacar que Mayorkas es el primer latino e inmigrante en encabezar del DHS, y quien atribuyó a factores de pobreza, violencia y corrupción en México, Guatemala, El Salvador y Honduras, el aumento en las llegadas de población migrante a Estados Unidos.
“Estas condiciones adversas siguen deteriorándose”, indicó. También señaló a la administración Trump por haber cortado ayuda a El Salvador, Guatemala y Honduras que iba destinada a acabar con las raíces de la migración, como la violencia y el impacto de desastres naturales.
La problemática de los menores indocumentados
Y es que a causa del gran número de menores de edad que están cruzando la frontera mexicana hacia Estados Unidos sin ningún tipo de documentación legal y sin un acompañante responsable, el gobierno de Joe Biden se está viendo en aprietos para afrontar esta situación.
Según la cadena CBS News, más de 4.200 niños inmigrantes no acompañados permanecían hasta el domingo en instalaciones de detención de corto plazo de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), entre ellas algunas no aptas para albergar menores. Ante esa situación, Biden envió a comienzos de este mes a una amplia delegación de sus asesores a visitar la frontera en el estado de Texas, que tomó varias medidas, como la de movilizar durante 90 días a la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA) para atender a los menores. Sin embargo, la Casa Blanca se ha resistido a describir la situación en la frontera con la palabra “crisis”, que sí utiliza en cambio la oposición republicana, e insiste en que se trata de un “desafío” y un “gran problema”.
De esta manera, el jefe del Departamento de Seguridad Interior (DHS), Mayorkas, admitió que las instalaciones para retener a migrantes están repletas, destacando que las autoridades no “han tenido la capacidad de recibir al número de niños sin compañía que han ido llegando”. Las reglas de distanciamiento por la pandemia han reducido además los espacios, dijo.
Recalcó el funcionario en la ayuda solicitada a la agencia federal de manejo de emergencias (FEMA) para que se encargue de adecuar nuevas instalaciones. El funcionario recordó sus orígenes cubanos en el comunicado para hablar de la esperanza que buscan los migrantes. “Yo vine a este país cuando era un bebé, fui traído por mis padres que comprendían la esperanza y la promesa que supone Estados Unidos”, afirmó. “Hoy los niños llegan a la frontera con esta misma esperanza”, concluyó, según Infobae.
Finalmente, el presidente Joe Biden en repuesta a periodistas que lo interrogaron sobre el tema, respondió que no visitara la frontera con México “por ahora”. La situación está siendo utilizada como arma política por la oposición republicana, que culpa a Joe Biden y a sus anuncios migratorios del auge en la frontera.
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