Ponen en libertad a Joaquín Ciria, un hombre de origen hispano que pasó más de treinta años por un crimen que no cometió. Ahora, el daminificado podría recibir una indemnización de 1 millón de dólares por los perjuicios ocasionados por el mal accionar de la Justicia.
La Justicia de California levantó los cargos contra Ciria por el asesinato de Félix Bastarrica, crimen por el que fue detenido en el año 1990 en San Francisco.
Tal como informó el sitio Univisión Noticias, Joaquín Ciria siempre se encargó de dejar en claro que él no había sido el autor del crimen de Bastarrica. Así lo manifestó en cuanta instancia judicial se le presentara.
El verdadero asesino de Bastarrica era un joven de 18 años, conocido tanto de la víctima del crimen como del hombre que injustamente pagó con 31 años de prisión.
¿Por qué motivo Joaquín Ciria pasó tanto tiempo en prisión?
Joaquín Ciria pasó casi 32 años en una prisión de California por un crimen que no cometió. ¿Mal accionar de la Justicia? Por supuesto. Pero hubo más: la habilidad de los abogados del verdadero criminal para involucrarlo y exonerar al responsable.
Desde el Proyecto de Inocencia del Norte de California (NCIP, por sus siglas en inglés), institución que desde hace años promovía la inocencia de Ciria, indicaron que el asesino de Bastarrica lo involucró a base de rumores y pruebas falsas.
Los testigos fueron determinantes al momento de engañar a la Justicia. Al menos dos personas aseguraron que, en su momento, mintieron para involucrar a Ciria. Esos testimonios fueron claves para modificar el fallo.
El calvario de Ciria acabó esta semana, cuando el juez superior Brendan Conroy firmó su libertad y exoneración de los cargos por homicidio.
Los abogados de Ciria demandarán a la justicia de California. Se estima que el damnificado podría recibir hasta 140 dólares por cada día que pasó injustamente en prisión. La cifra total superaría el millón de dólares.
El testimonio de la familia de Ciria
La esposa de Joaquín Ciria, Yojania Paz, dijo en diálogo con los medios de comunicación que en ningún momento sintió “ira” por la injusticia que le tocaba sufrir a su marido.
Al momento de su detención, a fines de 1990, Ciria acababa de ser padre. Su hijo Joaquín tenía apenas semanas de vida. El mal accionar judicial le impidió a esa criatura crecer junto a su padre.
Yojana indicó que, pese a que la indemnización podría servir para reparar algo de la injusticia cometida, no hay cifra de dinero que devuelva el tiempo perdido.
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