Los astrónomos de la NASA descubrieron lo que parecen ser galaxias masivas -también llamadas “rompe universos”- que datan de 600 millones de años después del Big Bang, lo que sugiere que el universo primitivo pudo haber tenido una vía rápida estelar que produjo estos “monstruos”, según señala el estudio de los expertos.
Si bien el nuevo telescopio espacial James Webb detectó galaxias aún más antiguas, que datan de apenas 300 millones de años del comienzo del universo, el tamaño y la madurez de estas seis aparentes megagalaxias es lo que sorprendió a los científicos que informaron Informaron sus hallazgos este miércoles, en un artículo publicado por la revista Nature.
El investigador principal Ivo Labbe de la Universidad Tecnológica Swinburne de Australia y su equipo esperaban encontrar pequeñas galaxias bebés tan cerca del amanecer del universo, pero jamás las gigantes halladas. “Si bien la mayoría de las galaxias en esta era aún son pequeñas y solo crecen gradualmente con el tiempo”, dijo en un correo electrónico consignado por The Associated Press (AP). Y agregó: “hay algunos monstruos que avanzan rápidamente hacia la madurez. Se desconoce por qué este es el caso o cómo funcionaría esto”.
De acuerdo al estudio, cada uno de los seis objetos parece pesar miles de millones de veces más que el Sol. En uno de ellos, el peso total de todas sus estrellas puede ser hasta 100 mil millones de veces mayor que el propio Sol.
Sin embargo, se cree que estas galaxias son extremadamente compactas, comprimiendo tantas estrellas como la propia Vía Láctea pero en una porción de espacio relativamente pequeña, según precisó Labbe.
Pese al soprendente descubrimiento, el profesor Labbe pidió ser cautelosos con las consideraciones porque los resultados aún deben confirarse
En el correo electrónico consignado por AP, el profesor Labbe dijo que él y su equipo no pensaron que los resultados fueran reales al principio, que no podría haber galaxias tan maduras como la Vía Láctea tan temprano en el tiempo, y que aún deben confirmarse. Incluso, los objetos parecían tan grandes y brillantes que algunos miembros del equipo pensaron que se habían equivocado.
“Estábamos alucinados, un poco incrédulos”, dijo Labbe.
Joel Leja, de la Universidad Estatal de Pensilvania que participó en el estudio, los llama “destructores del universo”.
“La revelación de que la formación masiva de galaxias comenzó muy temprano en la historia del universo pone patas arriba lo que muchos de nosotros habíamos pensado que era ciencia establecida”, dijo Leja en un comunicado. “Resulta que encontramos algo tan inesperado que en realidad crea problemas para la ciencia. Pone en duda toda la imagen de la formación temprana de galaxias”.
Estas observaciones de galaxias se encuentran entre los primeros conjuntos de datos que provienen del telescopio Webb de $ 10 mil millones, lanzado hace poco más de un año.
Diferencias entre el telescopio James Webb y el Telescopio Espacial Hubble
El telescopio James Webb de la NASA y la Agencia Espacial Europea es considerado el sucesor del Telescopio Espacial Hubble, y se acerca el 33 aniversario de su lanzamiento.
A diferencia del Hubble, el Webb es más grande y poderoso, y puede mirar a través de las nubes de polvo con su visión infrarroja y descubrir galaxias nunca antes vistas. Los científicos esperan observar finalmente las primeras estrellas y galaxias que se formaron tras la creación del universo hace 13.800 millones de años.
Los investigadores todavía están esperando la confirmación oficial a través de espectroscopía sensible, y por ahora llamarán a estas candidatas a galaxias masivas, según consigna AP. Leja, por su parte, dijo que es posible que algunos de los objetos no sean galaxias, sino agujeros negros supermasivos oscurecidos.
Si bien algunos pueden resultar más pequeños, “las probabilidades son buenas de que al menos algunos de ellos resulten ser” gigantes galácticos, dijo Labbe. Y adelantó: “El próximo año nos lo dirá”.
Una de las primeras lecciones de Webb es “dejar de lado sus expectativas y estar listo para ser sorprendido”, dijo.
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