Diana Crouch, en estado de embarazo, con 18 semanas, sin estar vacunada contra el virus Sars-Cov-2, durante unas vacaciones de aniversario en Las Vegas, comenzó a sentirse mal y agotada, pero creyó que los síntomas eran normales para su estado, sin siquiera sospechar que había contraído de nuevo el virus del covid, y que estaría ad-portas de la muerte.
A finales de julio, Diana acudió de urgencia a su obstetra, y el especialista no la encontró del todo bien. Diana presentaba nauseas matutinas, fiebre y deshidratación. Al someterse a una prueba de Covid-19, la mujer dio positivo.
“Estábamos preocupados en ese momento porque no sabíamos si afectaría al bebé”, contó Diana. “Fui a urgencias. Di positivo por COVID-19 y me dijeron que solo monitoreara mis niveles de oxígeno”.
Ella retornó a los cuidos en casa, pero días más tarde sus niveles de oxigeno descendieron y tuvo que ser ingresada al hospital, donde por sus complicaciones y una neumonía ingreso a la UCI donde fue intubada. “Pensé que estaríamos de vuelta en casa después de cinco días. Desafortunadamente, se convirtieron en 139 días”, lamentó.
La gestante, admitió desobedecer las indicaciones de su medico para que recibiera la vacuna contra el coronavirus, optando de no hacerlo por miedo a cualquier riesgo del embarazo. “No quería hacer nada que pudiera afectar a mi bebé”, declaró al Texas Tribune.
Bajo supervisión constante de los médicos, la gestación de Diana continuó, y se estudiaba la posibilidad de que diera a luz anticipadamente, pero el estado de salud de Crouch se complicó y desarrollo tres infartos cerebrales y uno cardíaco derivados del virus. Los médicos tomaron la decisión de medicarla y someterla a un coma inducido.
Su condición comenzó a “disminuir”, explicó el Dr. Cameron Dezfulian, director médico de atención hospitalaria para adultos con enfermedades cardíacas congénitas en el hospital Texas Children.
Diariamente teníamos que revisar si tenía sentido seguir manteniendo al bebé dentro de ella o si necesitábamos sacarlo. Esa conversación se volvió particularmente desafiante cuando ella tuvo esos accidentes cerebrovasculares, ataques cardíacos, estuvo tomando medicamentos para las convulsiones y estuvo en coma durante varios días”, señaló Dezfulian.
Con el pasar de los días, Diana comenzó de manera lenta a salir del estado crítico en el que se encontraba, y empezó a recuperarse. Transcurrieron cuatro meses y medio de recuperación. “Dejó la terapia ECMO cuando el bebé tenía 28 semanas porque sus pulmones progresaron y ella estaba mejor. Se recuperó de los derrames cerebrales y despertó”, dijo Dezfulian. “Logramos que volviera a la estancia ambulatoria, lo que significa que se puso de pie, caminó y volvió a hacer las cosas”.
Con el progreso de Diana, los especialistas determinaron llevar a cabo el nacimiento de su bebé para permitir que los pulmones de la mujer se fortalecieran mejor, y mediante una cesárea de emergencia de 31 semanas, trajeron a la vida a su hijo.
El nombre del bebé: “Cameron” en honor al medico que lo salvo a él y a su madre
Este bebe, milagro de vida, que nació el pasado 10 de noviembre, fue bautizado con el nombre de Cameron en honor al doctor Dezfulian, quien le salvo la vida a el y a su madre. “Él requirió soporte de oxígeno”, señaló el médico.
“Dentro de una semana, en realidad estaba completamente fuera (del oxígeno). Le fue muy bien y solo pasó tres semanas en el hospital antes de irse a casa”.
De acuerdo con Trome, el medico señaló que la señora Crouch, fue trasladada al Methodist Hospital, por sugerencia medica de un trasplante de pulmón, pero que su estado de salud mejoro y fue desconectada del ventilador.
“Ella se levantó y caminó dentro de los tres o cuatro días de su llegada allí. Estaba desconectada del ventilador”, contó el médico. Dos días antes de Navidad, Diana finalmente llegó a casa.
“Volver a casa fue muy emotivo para mí. De hecho, me sentí un poco triste durante un par de días. Fue demasiado para mí. No había visto a mis hijos por mucho tiempo. Tenía tanto miedo de poner algo en mi cuerpo que pudiera afectar a mi bebé. Pero terminé recibiendo mucho más y expuse a mi hijo a tantas cosas que nunca hubiera pensado. Aprendí por el camino difícil. No me gusta obligar a nadie a hacer cosas. No me gusta, pero animo a todos a que se vacunen”.
Finalmente, el médico señaló que vacunarse es la mejor manera de proteger a mujeres embarazadas y así puedan evitar síntomas y complicaciones graves de COVID-19.
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