Estudiantes demandan a la Universidad de Harvard por ignorar sus denuncias sobre acoso

Una vista del campus de la Universidad de Harvard el 8 de julio de 2020 en Cambridge, Massachusetts.

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Una vista del campus de la Universidad de Harvard el 8 de julio de 2020 en Cambridge, Massachusetts.

Tres estudiantes que cursaban un doctorado en la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, presentaron durante la semana, una demanda en contra de alma mater, por omisión a sus denuncias hechas sobre el supuesto acoso y abuso sexual de uno de sus docentes.

Margarita Czerwienski presentó junto a otras dos compañeras de estudio, una demanda contra esta prestigiosa universidad estadounidense, reconocida a nivel mundial, “por su indiferencia ante el patrón de hostigamiento y represalias del profesor de Antropología, John Comaroff contra las estudiantes” de quien afirmaron las abusaba sexualmente, utilizando su posición de poder y autoridad.

El contenido de la demanda interpuesta ante una corte federal en Boston, por las denunciantes Margaret Czerwienski, Lilia Kilburn y Amulya Mandava hace referencia sobre “el fracaso de Harvard durante una década en proteger a las estudiantes de abusos sexuales y de las represalias de acabar su carrera”.

El informe sostiene que el profesor de Antropología, John Comaroff, “un académico reconocido” en su ámbito, empleó durante años su posición de poder para aprovecharse de las alumnas. “Cuando los estudiantes lo denunciaron a Harvard y trataron de advertir a sus compañeros sobre él, Harvard observó cómo tomaba represalias cerrando las carreras de esos estudiantes y asegurándose de que tuvieran ‘problemas para conseguir trabajo’”, denunciaron las demandantes, informó TeleSUR.

¿El profesor abusó a las universitarias?

Las demandantes traen a colación el caso de Kilburn, de quien dicen que en el año 2017 se acercó al docente para comentarle sobre sus planes de ir a estudiar al África, y el profesor Comaroff le dijo repetidamente que podría ser objeto de violencia en África porque tenía una relación homosexual, según la demanda.

Supuestamente a raíz de este comentario el profesor besó de forma repetida y forzosa a la estudiante, la manoseó en público, y fantaseó en voz alta con su violación, la alejó de otros profesores e hizo descarrilar su trayectoria académica, afirmaron las demandantes.

Kilburn fue objeto de una “pesadilla continua que incluyó más besos forzados, constantes invitaciones a socializar sola fuera del campus, y un control coercitivo”.

Igualmente, cita la demanda que el profesor profirió presuntamente amenazas en contra de Mandava y Czerwienski, manchando su reputación y afectando sus carreras.

La denuncia alega que estas acciones fueron posibles gracias a la “indiferencia deliberada de Harvard”, ya que las víctimas se quejaron en varias ocasiones a los gestores de la universidad, la cual optó por no hacerles caso y “proteger a su profesor estrella por encima de estudiantes vulnerables”.

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Por su parte, el grupo de abogados que representaron la denuncia de las estudiantes, del bufete Sanford Heisler Sharp, indicaron que la demanda alega que Harvard violó los Derechos Civiles y varias leyes del estado de Massachusetts al ignorar deliberadamente un patrón de acoso sexual y represalias de casi una década.

Entre esas disposiciones jurídicas mencionan el Título IX de las Enmiendas Educativas de 1972, la Ley de Derechos Civiles de Massachusetts, la Ley de Igualdad de Derechos de Massachusetts y la prohibición de acoso sexual en las instituciones educativas de dicho estado.

“Los estudiantes deben callar. Es el precio a pagar por un título”, dijo Russell Kornblith de Sanford Heisler Sharp, el bufete de abogados de las mujeres, en un comunicado, informó Telemundo.

Sin embargo, es de señalar que en el escrito judicial Margarita Czerwienski, Lilia Kilburn y Amulya Mandava expresaron no estar solas en el caso, pues un comité creado por la universidad para examinar el ambiente dentro del Departamento de Antropología, recientemente llegó a la conclusión de que este, está plagado de “un patrón duradero de sexismo, misoginia y mala praxis”.

Dicho patrón se da “en gran medida” sin control por parte de un profesorado “predominantemente masculino y blanco”, apuntaron.

De otro lado, los abogados del profesor de antropología y estudios africanos y afroamericanos, John Comaroff, subrayaron en un comunicado, citado por el diario The New York Times, que su representado “niega categóricamente haber acosado o haberse vengado de ningún estudiante” y aseguraron que el profesor no tocó ni besó “de manera inadecuada” a Kilburn, asegurando que solo fue un consejo que Comaroff dio a la alumna para que se mantuviera segura durante un viaje a Camerún que hizo con su pareja, una mujer, en un país que criminaliza la homosexualidad.

Finalmente, un portavoz de la Universidad de Harvard, por medio de un correo electrónico, proporcionó una copia de una carta de la decana de la Facultad de Artes y Ciencias, Claudine Gay, en la que expresó que este profesor había sido puesto en licencia administrativa el mes pasado por el resto del semestre, luego de que los investigadores de la universidad descubrieran que se involucró en una conducta verbal que violó las políticas de conducta profesional y sexual y de género de la escuela.

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Así mismo, se dio a conocer que otros académicos, cerca de 90 académicos, firmaron una carta de apoyo con el profesor Comaroff, la cual hicieron pública antes de la querella, mientras que otra parte del profesorado emitió otra misiva de respuesta, en la que exponen no estar de acuerdo con la apresurada defensa del profesor, informó Telemundo.

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