Han sido muchas las posturas que han surgido sobre las vacunas y el desarrollo de anticuerpos naturales tras contagiarse de COVID para establecer cuál de ellas ofrece mayor protección.
Y aunque desde el inicio de la pandemia del COVID-19, científicos y autoridades de salud han dicho hasta el cansancio que las vacunas dan mayor protección contra el coronavirus y que no basta con los anticuerpos naturales que desarrollan las personas que se contagian para poder enfrentar un eventual recontagio, ahora hay un nuevo dato que se conoce sobre este dilema.
En su más reciente reporte sobre el COVID, los Centros para el control y la prevención de enfermedades (CDC) revelaron que un estudio “MMWR” encontró que durante la ola de la variante Delta, la vacunación contra el COVID-19, al igual que los anticuerpos naturales desarrollados tras un contagio, dieron un nvel de protección alto contra la infección, evitando hospitalizaciones.
El estudio, que fue realizado por científicos que observaron datos de Nueva York y California, determinaron que el nivel de protección fue más alto entre aquellos previamente contagiados que desarrollaron anticuerpos que entre los vacunados. Cabe advertir que el estudio aclaró que el riesgo sigue siendo mayor para aquellos que jamás se han infectado y que al mismo tiempo no están vacunados, pues no poseen ninguna protección ni natiral ni de inmunización.
“Entre mayo y noviembre de 2021, las personas que no estaban vacunadas y que no tuvieron una infección previa por COVID-19 permanecieron con el mayor riesgo de infección y hospitalización, mientras que las que estaban previamente infectadas, con o sin vacunación previa, tenían la mayor protección”, aseguraron los CDC en su reporte.
Estos nuevos hallazgos parecen ir en contravía del mensaje, perolos CDC reiteraron que aunque un contagio anterior de COVID protege mejor a los pacientes de nuevas infecciones, al mismo tiempo, sin embargo, insistieron en que la vacunación sigue siendo la mejor forma de prevenir los síntomas más graves de la enfermedad.
Es decir que quienes tienen anticuerpos naturales desarrollados por una infección previa de COVID a pesar de estar protegidos contra el virus, al no estar vacunados, están en riesgo de desarrollar síntomas serios.
En su reporte, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) reiteraron que “un contagio previo proveyó mayor protección a nuevas infecciones, que las vacunas, durante las oleadas de diagnósticos positivos por la variante delta desde verano del año pasado”.
“Los virus cambian constantemente, incluido el virus que causa el COVID-19. Estos cambios ocurren con el tiempo y pueden conducir a la aparición de nuevas variantes que tienen nuevas características, incluidas las que afectan el nivel de inmunidad que puede proporcionar la vacunación y/o una infección previa”, dijeron los CDC en su reporte. “El nivel de protección ofrecido por la vacunación y la supervivencia de una infección previa cambió durante el período de estudio. La vacunación sigue siendo la estrategia más segura para protegerse contra el COVID-19”.
A pesar de sus hallazgos, los CDC aclararon que esto aplica a los análisis hechos sobre los efectos de la variante Delta y no sobre ómicron. Tampoco refleja el beneficio inmunológico de las dosis adicionales de la vacuna y no abarcó datos sobre mortalidad.