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El accidente del transbordador Challenger es uno de esos momentos de la historia espacial que siempre se recordarán. El país estaba pegado a la televisión para ver a siete astronautas, incluida la ex maestra de estudios sociales Christa McAuliffe, despegar hacia el espacio. Pero a los 73 segundos de vuelo, el transbordador espacial explotó en el aire y se estrelló contra la tierra, desintegrándose sobre el Océano Atlántico.
A raíz del documental Challenger: The Final Flight que se estrenó en Netflix en septiembre de 2020, esto es lo que necesita saber sobre cómo y por qué explotó el transbordador y cómo murieron los astronautas.
Los astronautas probablemente sobrevivieron a la explosión
Las fuerzas generadas por la explosión “probablemente eran demasiado bajas para causar la muerte o lesiones graves a la tripulación, pero eran suficientes para romper el transbordador”, según una carta sobre el accidente escrita por Joseph P. Kerwin, director de Ciencias del Espacio y la Vida en el Centro Espacial Johnson, al Administrador Asociado de Vuelo Espacial de la NASA Richard H. Truly.
La carta también decía que la tripulación “posiblemente, pero no con certeza, perdió el conocimiento en los segundos posteriores a la ruptura del Orbiter debido a la pérdida de presión del módulo de la tripulación en vuelo”.
Después de la explosión, el módulo se elevó durante otros 25 segundos debido a su impulso ascendente, luego tardó 2 minutos y 45 segundos en caer al océano. El impacto contra el mar habría superado con creces los niveles de supervivencia, según Kerwin. También informó que recuperaron tres PEAP (paquete de aire de salida personal), que contenía un suministro de oxígeno de emergencia, que había sido activado, lo que indicaba que al menos tres miembros de la tripulación estaban vivos y conscientes el tiempo suficiente para activar sus PEAP. Los PEAP que se activaron pertenecían a Judith Resnik, el especialista en misiones Ellison Onizuka y el piloto Michael J. Smith.
La investigación concluyó que no pudieron determinar si la falta de oxígeno provocó la muerte de algunos astronautas y, en última instancia, no pudieron determinar la causa precisa de la muerte.
¿Qué causó la explosión en primer lugar?
El lanzamiento se retrasó casi una semana debido a las condiciones meteorológicas adversas. Pero la noche antes del lanzamiento, los ingenieros de Thiokol, los ingenieros del transbordador, expresaron su preocupación por las bajas temperaturas esa noche y la mañana del lanzamiento, diciendo que el efecto de las bajas temperaturas en las gomas que sellaban las juntas del transbordador podría hacer que fallaran. Eso podía causar un accidente catastrófico y eso es exactamente lo que terminó sucediendo.
En el obituario del New York Times de 2012 de Roger Boisjoly, uno de los ingenieros de Thiokol, el Times informó que seis meses antes del desastre del Challenger, Boisjoly escribió un reporte sobre este problema exacto, diciendo que “el resultado de un clima demasiado frío podría causar una catástrofe del más alto nivel, con pérdida de vidas humanas”.
El Times informó que Boisjoly y sus colegas expresaron estas preocupaciones la noche antes del lanzamiento, pero sus jefes, que estaban bajo la presión de la NASA, rechazaron el consejo. Después de que se hiciera público el memorando de Boisjoly, fue rechazado por sus compañeros.
Comenzó a sufrir depresión y dijo que lo único que lo ayudó a superar esa mala época fue que Sally Ride, la primera mujer estadounidense en ir al espacio, lo abrazó después de que compareciera ante la comisión que investigó el desastre.
Challenger: The Final Flight sigue disponible en Netflix.
