Texas ejecuta a Carl Buntion, el preso más anciano del mundo

Carl Wayne Buntion

Departamento de Justicia Criminal de Texas vía AP

Carl Wayne Buntion

Este jueves 21 de abril, en el estado de Texas fue ejecutado Carl Buntion, el preso más viejo del mundo, condenado a la pena de muerte por haber asesinado en el año 1990 a James Irby, un oficial de la policía de Houston.

Pese a que su defensa había interpuesto un recurso de apelación ante la Corte Suprema de Estados Unidos, la cual fue rechazada, el anciano recluso de 78 años de edad, fue sometido a la inyección letal en horas de la noche, certificando su deceso a las 18:39 hora local (23:39 GMT), según el departamento de justicia de Texas.

Las últimas palabras pronunciadas por Burtion, fueron de remordimiento, y pidió que los familiares de Irby fueran enterados de ello. “Todos los días durante los últimos 32 años me he arrepentido de lo que pasó. Quería que la familia Irby supiera una cosa: siento remordimiento por lo que hice”, dijo Buntion en la cámara de ejecución de Texas, según KHOU 11 News.

“Si esa fuera la Sra. Irby sentada allí, le diría lo mismo: ‘Siento lo que pasó’. Me duele el corazón todos los días por ella, ella y sus hijos. Tal vez si me ejecutan, tal vez finalmente puedan dejar esto atrás. Espero verte en el cielo algún día y cuando aparezcas te daré un gran abrazo”, dijo.

Buntion estuvo acompañado de su asesor espiritual que rezó con él en voz alta y estuvo cerca mientras lo ejecutaban. “A todos mis amigos que se quedaron conmigo durante todos estos años, no voy a decir adiós, solo digo hasta luego. Estoy listo para irme”, dijo antes de ser ejecutado.

El asesinato de James Irby

El triste final de Carl Buntion, se marcó el día que su hermano gemelo, que se llamaba Kenneth, fue muerto a manos de dos agentes de policía durante un tiroteo en abril de 1971, a tan solo dos días después de haber cumplido sus 27 años. Desde entonces Buntion juro tomar venganza.

Años más tarde, en junio de 1990, en una parada de rutina, el oficial de policía de Houston, James Irby, casado y padre de familia de dos niños, detuvo el auto donde iba Buntion como copiloto. Buntion vio la oportunidad de vengar a su gemelo, y desenfundó un arma con la que le propino un primer disparo a la cabeza de James, y luego lo remató de dos tiros por la espalda cuando este cayó al suelo.

De acuerdo con El Debate, en su caótica huida, disparó a otro oficial y tomó a un civil como rehén antes de que, finalmente, lo detuvieran en un edificio cercano.

No era la primera vez que Buntion cometía una fechoría. Él tuvo un récord criminal bastante amplio, y dentro de su historial aparecían arrestos por posesión de drogas, robos, además del abuso sexual infantil. Buntion fue acusado de agresión violenta a un niño, por lo que fue condenado a 15 años de prisión, de los cuales solo cumplió 13 meses, para salir luego en libertad condicional, informó El Debate.

Condenado a la pena capital

De acuerdo con Telemundo, Buntion fue condenado a muerte en 1991, pero su ejecución se retrasó durante décadas debido a largas batallas legales sobre si los jurados como el que le había examinado debían tener en cuenta elementos como la enfermedad mental o la infancia del acusado.

“La infancia de Buntion fue muy dura: su padre le rompió los huesos, quebró los dientes de su madre, mató a un hombre delante de su hermano y dejó a la familia sin casa tras perder la vivienda en una apuesta; y su hermano gemelo murió por disparos de la policía”.

Los abogados de Buntion alegaron este mes sin éxito que la edad del preso y sus décadas de buen comportamiento en el corredor de la muerte debían librarle de la pena de muerte. “Durante los 31 años que Buntion ha estado encarcelado bajo sentencia de muerte, ha sido citado por solo tres infracciones disciplinarias y no ha sido citado por ninguna infracción en absoluto desde que el jurado de 2012 determinó que probablemente cometería actos violentos en el futuro.”, dijeron sus abogados.

“Debido al tiempo excesivamente largo que ha estado encarcelado bajo una sentencia de muerte y recluido en régimen de aislamiento, la mayor parte del cual se debió a los errores del Estado, ejecutar a Buntion no tendría el propósito de retribución o disuasión”. La apelación fue denegada y se programó la ejecución.

Es de indicar que, durante los treinta años de encarcelamiento, Buntion presentó varias dolencias de salud, por lo que se llegó a pensar que moriría antes de dar cumplimiento a la sentencia de ejecución. De hecho, en los últimos días había solicitado que se le facilitara una silla de ruedas pues se le dificultaba caminar de un lugar a otro.

Según sus abogados, Buntion no representaba peligro para nadie, y tan solo era ya un anciano enfermo de artritis, vértigo, hepatitis, dolor del nervio ciático y cirrosis, entre otras enfermedades.

Rechazo y celebraciones a la noticia

Dentro de las voces de rechazo a la ejecución, se hicieron sentir las del juez Stephen Breyer, quien a través de un comunicado poco después de que la Corte Suprema rechazase su recurso.

“El largo encarcelamiento de Carl Buntion, y otros como él, pone en tela de duda la constitucionalidad de la pena de muerte”.
 
Por su parte, los abogados del preso, David Dow y Jeffrey Newberry, también cuestionaron la eficacia de una pena de muerte tan tardía: “Este retraso de tres décadas contradice la lógica de la pena capital. Cualquier efecto disuasorio se ve disminuido por la demora”, escribieron en otro comunicado.

Además, El Debate indicó que algunos lamentaron su muerte y que una docena de moteros se agrupó frente a la cárcel, y aceleraron sus motores para demostrar apoyo al preso. El ruido de sus máquinas pudo escucharse desde la cámara donde se llevaba a cabo la ejecución.

Mientras que la familia del oficial, por fin encontró sosiego y celebro la ejecución. Maura Irby, esposa y viuda expreso: “Siento alegría. Me apena que alguien haya tenido que morir. Pero nunca percibí [a Carl Buntion] como persona. Me parecía un objeto, un cáncer en mi familia”, agregó tras presenciar la ejecución.

La hija de Irby, Cally, expresó estar contenta de que por fin todo este capítulo de dolor. “Casi 32 años después, justicia, si se le puede llamar así”, escribió en una publicación a Irby en la página conmemorativa del oficial caído a principios de este mes. “Hubiera preferido tenerte estos últimos 32 años, pero me alegro de que finalmente termine. Ya no estoy enojado y elijo no estar triste”.

Ella agregó: “Nunca dejaré que tu memoria muera. Mi hijo crecerá sabiendo que su abuelo fue un héroe”.

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