Un banquero de Wells-Fargo fue condenado por cooperar con el cartel de Tijuana en el lavado de millones de dólares. Durante cuatro años abrió al menos 26 cuentas bancarias que facilitaron las operaciones delictivas del grupo narco en el sur de California.
Leopoldo Lora-Aguilera, definido por su esposa como “un padre ejemplar”, enfrenta una pena de tres años de prisión por dedicarse al lavado de activos derivados del narcotráfico.
El FBI comprobó su participación en una red que el cartel de Tijuana llevaba a cabo en California. Se estima que entre 2017 y 2019 realizó un total de 229 transferencias de lavado de dinero narco desde una sucursal bancaria de Wells Fargo en San Diego.
La caída de Lora-Aguilera provocó otras detenciones y el fin de una intrincada red de lavadores que operaban con el cartel de Tijuana. Se estima que esos activos ilegales provenían de la venta de fentanilo en California.
Cuentas falsas
Lora-Aguilera abrió 26 cuentas bancarias para los narcos, 11 de estas cuentas fueron abiertas con información completamente falsa. En las otras quince utilizó datos de clientes reales pero les cambió fechas claves como nacimiento o números de tarjetas de créditos. El FBI descubrió que esas personas no existían. No había rastros de esos nuevos clientes ni en Estados Unidos ni en México.
El primero en advertir las maniobras ilegales del banquero fue el gerente de la sucursal de Wells Fargo. Este observó el trató especial que Lora-Aguilera les daba a esos nuevos clientes.
Lo que terminó de incriminar al banquero fueron sus registros de finanzas personales. A través de correos electrónicos que enviaba desde su cuenta laboral a su cuenta personal, Lora-Aguilera registraba las operaciones que realizaba y las comisiones que cobraba por cada una. De acuerdo a sus propios registros cobraba 150 dólares por cada maniobra de lavado. En total, se estima que ganó 12:300 dólares.
Una familia destruida
Lora-Aguilera estuvo un tiempo detenido y consiguió la libertad condicional. Demostró ante la Justicia de California su sincero arrepentimiento y su deseo de cooperar con la causa. Como consecuencia del estrés, el ahora exbanquero sufrió un glaucoma que le hizo perder la visión del ojo izquierdo y amenaza con dejarlo ciego.
“El señor Aguilera está arrepentido por su participación en el delito. Se involucró en la ofensiva debido a la necesidad económica. En retrospectiva, reconoce que cometió un terrible error que destruyó su carrera y su vida”, enfatizó Roxana Sandoval, abogada del acusado, en su memorando de sentencia.
El testimonio del banquero ayudó a atrapar a otros cómplices y a poner fin a una extensa red de lavadores de dinero narco. Por ello, el juez evitó darle una pena alta. Fue condenado a tres años de prisión y no le impusieron ningún castigo económico. La información que aportó ante la justicia ayudó a confiscar grandes cargamentos de fentanilo, una droga que está causando muchas muertes a lo largo y ancho de los Estados Unidos.
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