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A principios de esta semana estalló la noticia de que la congresista Alexandría Ocasio-Cortéz, una de las voces progresistas más poderosas en Washington, había sido insultada por uno d esus colegas, de manera baja y con ofensas sexistas.
La propia política, nacida en El Bronx, Nueva York, denunció públicamente que mientras ella caminaba por las escalinatas del Capitolio, el congresista por la Florida, Ted Yoho (R-Fl) inicialmente le enseñó el dedo del medio en su cara, y no contento, tras atacarla con palabras como “loca”, “peligrosa” y “demente”, luego dio unos pasos y le dijo: “maldita perra”.
El hecho generó múltiples reacciones de molestia en redes sociales, donde personas no solo del lado demócrata, como la congresista, sino también republicanos e independientes criticaron la violenta reacción del congresista Yoho y le exigieron respeto y una disculpa completa y personal, algo que el político no aceptó hacer.
Alexandría usó sus redes sociales para denunciar el abuso.
“Antes de acosarme en los escalones del Capitolio de la nación, yo nunca había hablado con el Rep. Yoho. Aunque no lo crean, generalmente me llevo bien con mis colegas republicanos. Siempre dejamos nuestro conflicto legislativo dentro del comité”, dijo la joven política en su Twitter. “Pero bueno, son las ‘perras’ las que logran que las cosas se hagan“,agregó.
Pero la congresista no quiso dejar las cosas allí y entendiendo que era necesario levantar su voz, no solamente por la ofensa de la que fue víctima, sino para denunciar lo que viven muchas mujeres agredidas por hombres con frases tan fuertes, Ocasio-Cortéz se tomó este jueves unos minutos para hablar en el Congreso de la agresión de Yoho.
La neoyorquina promulgó un emotivo y poderoso discurso, con mucha crítica, donde dejó claro que urge que la sociedad cambie la manera en que se ha “normalizado” ofender a las mujeres sin que pase nada.
“El representante Yoho me puso el dedo en la cara, me llamó asquerosa, loca, mente sin sentido, y me llamo peligrosa en frente de reporteros me llamó ‘perra maldita‘. Esas son la spalabras con las que el representante Yoho se refiere a una congresista mujer. Yo como congresista no represento solamente al distrito 14, sino que cada congresista representa a cada una de las mujeres de este país, porque todas nosotras hemos tenido que lidiar con esto de alguna manera, alguna forma y en algún punto en nuestras vidas”, dijo Ocasio-Cortéz.
“He conocido hombres con las mismas palabras en restaurantes, en bares y he encontrado ese tipo de acoso en el tren en Nueva York, eso no es nuevo y ese es el problema, porque el señor Yoho no está solo”, dijo la congresista, quien no aceptó las disculpas ofrecidas de manera general por el político en el pleno de la Cámara.
“No puedo aceptarlas como legítimas, por mis sobrinas, por las niñas que van a sus casa, por las víctimas de abuso verbal y ver esas excusas y como el Congreso las acepta como una disculpa aceptar silencio como forma de aceptación”, comentó Ocasio, advirtiendo que no necesita una disculpa por parte del representante pero urge que se mire el comportamiento de hombres como él. “Mi padre afortunadamente no esta vivo para ver como el señor Yoho trata a su hija, mi madre tuvo que ver el irrespeto de Yoho y estoy aquí porque tengo que mostrarle a mis padres que soy su hija y que no me criaron para aceptar abusos de hombres”.
“Este problema no se trata de un incidente. Es cultural es una cultura con impunidad”, dijo Ocasio-Cortéz, quien agregó en su discurso que la sociedad “acepta una violencia y un lenguaje violento contra las mujeres, una estructura de poder completa que respalda eso (…) quiero agradecer al señor Yoho por mostrarle al mundo que se puede ser un hombre poderoso y acosar mujeres, se puede tener hijas y acosas mujeres, se puede estar casado y tener familia y acosar a mujeres sin remordimiento y con sentido de impunidad, eso pasa cada día en este país, pasa aquí en las escaleras del Capitolio”.
La oficina del congresista Yoho niega haber usado palabras sexista y las ofensas que dice Ocasio-Cortéz haber recibido, a pesar de que hubo reporteros que las escucharon.