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El auge del coronavirus, que hasta ahora ha dejado más de 1 millón y medio de contagios y casi 90,000 muertes, no solamente ha impactado el sector de la salud y la vida de los estadounidenses, sino que además ha dejado un terrible hueco económico, y miles de trabajadores sin empleo, llegando a niveles jamás antes vistos en el país.
Y es que la problemática ha sido tal, que el Departamento de Trabajo (DOL) anunció que en la última semana casi 3 millones de antiguos trabajadores, (2,981,000 millones), solicitaron el seguro de desempleo.
Las personas sin trabajo que ya están obteniendo beneficios llegaron a 36.5 millones, eso sin contar a los millones de indocumentados, que no califican para ningún auxilio federal. Entre los latinos 1 de cada 5 no tiene trabajo, un índice mayor que el de otros grupos.
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Y aunque las cifras resultar aterradoras y tendrán un impacto a largo plazo en las arcas del gobierno, según han dicho, el punto positivo en medio de semejante debacle es que en la última semana el número de nuevos desempleados, disminuyó con respecto a la semana anterior. La reducción de solicitudes en esta semana fue de
195,000 con respecto a la semana previa.
Las cifras reflejan que ya más del 20% de los norteamericanos que pertenecen a la fuerza laboral activa, se han quedado sin trabajo, y uno de cada cinco trabajadores han solicitado beneficios desde que comenzó la pandemia.
El economista Mark Hamrick, citado por el periódico El Diario de Nueva York, manifestó que calcula que habrá más “golpes al estómago” en materia de desempleo.
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“La situación del desempleo es mala y posiblemente continuará hasta que la economía se vuelva a activar aunque incluso entonces quedarán desafíos significativos”, dijo el experto.
El citado medio agregó que “a finales de 2019 el 53% de la población no tenía ahorros para hacer frente a un mínimo de tres meses sin ingresos y tres de cada 10 adultos no podrían suplir la falta de entrada de dinero de ninguna manera”. Esto se está evidenciando y agrava la situación.
En medio de la pandemia del COVID-19, una de las esperanzas de muchas familias estadounidenses están en el próximo paquete de alivios discutido en el Congreso, donde se espera que se extiendan hasta enero próximo los bonos de $600 semanales adiciones a quienes reciben seguro de desempleo, y que se incluya a familias e inmigrantes que reportan impuestos, pero que no tienen estatus migratorio regular.
