En una noticia que parece increíble, y que viola a toda luz los derechos humanos de la comunidad LGBT, el sultanato de Brunéi, en Asia, acaba de aprobar una ley que autoriza la pena de muerte, a través de la lapidación (apedreamiento) a quienes “cometan ese delito”.
Las autoridades de ese país aseguraron que a partir del próximo 3 de abril, entrará en vigencia la nueva normativa, que ya fue incluida en el Código Penal y que de inmediato ha generado todo tipo de críticas a nivel internacional.
Grupos defensores de derechos humanos consideraron el endurecimiento en las leyes contra el homosexualismo, totalmente inhumanas y la organización Amnistía Internacional exigió a Brunéi que “detenga de inmediato” la implementación de semejantes condenas atroces.
Aunque la homosexualidad empezó a ser considerada de manera ilegal, dentro de los códigos en la nación musulmana desde hace 10 años, a fin de supuestamente frena su avance, decidieron convertirlo en un delito capital.
La nueva sanción por robo es la amputación de la mano derecha por una primera infracción y el pie izquierdo por una segunda infracción.
El miércoles, Amnistía Internacional instó a Brunéi a que “detenga de inmediato” la aplicación de estas penas nuevas.
“Legalizar semejantes penas crueles e inhumanas es algo atroz”, afirmó, a través de un comunicado Rachel Chhoa-Howard, vocera de Amnistía Internacional en ese país.
Actualmente países como Irán, Afganistán, Arabia Saudita, Yemen, Sudán, Somalia, Mauritania, Nigeria y Myanmar, mientras que otras naciones como Tanzania, Kenia y Uganda, castigan el homosexualismo con penas que van desde los 10 años hasta cadena perpetua.
Y muestra de que la nueva línea del gobierno, manejada por el sultán Hassanal Bolkiah, de 73 años, quien está en el trono desde 1967, será más dura que nunca, también anunciaron otras medidas. El adulterio tendrá la misma pena que el homosexualismo, y aquellas personas que sean sorprendidas robando, se le cortará la mano derecha y el pie izquierdo si lo vuelven a hacer.
El gobierno de la pequeña nación asiática, considerada próspera por el dinero que mueve el petróleo, es una dinastía que ha tenido el poder durante más de 500 años, y allí viven unos 400 mil pobladores, mayormente islámicos.
Últimamente han prohibido incluso festejos cristianos como la Navidad, temiendo que genere comportamientos “erróneos” en el país.
Figuras reconocidas como el actor George Clooney, lamentaron lo sucedido y pidieron acciones para frenar los abusos del sultán contra la comunidad LGBT.
“En la avalancha de noticias donde vemos que el mundo retrocede en el autoritarismo, esto es único”, dijo la estrella de Hollywood en el sitio Deadline. “Brunei es una monarquía y ciertamente cualquier boicot tendría poco efecto en el cambio de estas leyes. ¿Pero realmente vamos a ayudar a pagar estas violaciones de derechos humanos?”, agregó, pidiendo boicotear cadenas de hoteles como Dorchester Collection, con propiedades en Estados Unidos, Reino Unido, Francia e Italia, que son propiedad de inversionistas de Brunei.
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