Todos los años se cambia la hora dos veces. El primer cambio de hora se hace al principio del verano y el otro cambio es en el invierno. Este 4 de noviembre se atraso la hora para entrar al horario de invierno. Por lo que algunos se empiezan a preguntar cuando se tiene que volver a cambiar la hora. El próximo cambio de hora es en el 2019.
En el 2019 se cambia la hora el domingo 10 de marzo, para entrar al horario de verano. En este día se tiene que adelantar la hora a las 2 de la mañana.
El próximo cambio de hora es el domingo 3 de noviembre, para entrar al horario de invierno. En este día se tiene que atrasar la hora a las 2 de la mañana.
Siempre se tiene que hacer el cambio a las 2 de la mañana, por lo que muchos cambian la hora justo antes de dormir para despertar con la hora correcta y no llegar tarde al trabajo u otro compromiso que tengan que ir en la mañana.
Aunque Puerto Rico se considera parte de los Estados Unidos, la isla del encanto no tiene que cambiar la hora porque no le aplica el horario de verano. Tampoco le aplica a los estados de Arizona, Hawai, Samoa, Guam, islas Marianas del Norte y las islas Vírgenes.
El horario de verano moderno fue propuesto por primera vez por Benjamin Franklin y posteriormente, en 1907, por William Willett. Se empleó ampliamente por primera vez en 1916, durante la Primera Guerra Mundial, para ahorrar carbón. A pesar de las controversias, muchos países lo vienen empleando desde entonces. Los detalles horarios difieren dependiendo del país y a veces son modificados.
El cambio de hora se realiza todos los años, el segundo domingo del mes de marzo entramos al horario de verano y el primer domingo de noviembre entramos al horario de invierno. Con la idea de alargar las horas de luz y ahorrar energía eléctrica.
Se dice que el Daylight Saving Time (como se lo conoce en inglés) es una estrategia para ahorrar energía, una investigación sugiere que en realidad podría estar perjudicando la causa. Un estudio de 2008 realizado en Indiana descubrió que la implementación estatal del DST, dos años antes, había impulsado el consumo total de energía en un uno por ciento. Si bien es cierto que cambiar los relojes puede ahorrar dinero a los residentes en el consumo de luz, el costo de la calefacción y el aire acondicionado tiende a subir. Esa hora extra de luz diurna solo es beneficiosa cuando las personas están dispuestas a salir de sus casa a disfrutar el aire fresco.