Muchos piensan que es el día de la independencia de México, y las celebraciones alrededor de esta fecha se han comercializado exponencialmente en todo Estados Unidos, siendo este día una excusa para apropiarse de la cultura mexicana y tomar tequila hasta más no poder. Pero la realidad es que “Cinco de Mayo” es la fecha en que se conmemora la Batalla de Puebla, y en México no es una celebración tan prominente como lo es en Estados Unidos.
Cinco de Mayo tiene sus raíces en la ocupación francesa de México, que tuvo lugar después de la Guerra México-Estados Unidos de 1846-48 y la Guerra de Reforma de 1858-61. La Guerra de Reforma fue una guerra civil que entre los liberales (que creían en la separación de la iglesia y el estado y la libertad de religión) contra los conservadores (que favorecían un estrecho vínculo entre la Iglesia Católica Romana y el Estado mexicano). Estas guerras casi llevaron a la bancarrota a México.
El 17 de julio de 1861, el presidente mexicano Benito Juárez emitió una moratoria en la cual todos los pagos de la deuda externa serían suspendidos por dos años. En respuesta, Gran Bretaña, Francia y España enviaron fuerzas navales a Veracruz para exigir el reembolso. Gran Bretaña y España negociaron con México y se retiraron, pero Francia, en el momento gobernado por Napoleón III, decidió aprovechar la oportunidad para establecer un imperio en México que favorecería los intereses franceses, el Segundo Imperio Mexicano.
A finales de 1861, un ejército francés bien armado asaltó Veracruz, desembarcando una gran fuerza francesa e impulsando al presidente Juárez y su gobierno a retirarse. Avanzando desde Veracruz hacia la Ciudad de México, el ejército francés encontró una fuerte resistencia de los mexicanos cerca de Puebla, en los fuertes mexicanos de Loreto y Guadalupe.
La importancia de la batalla está en que el ejército francés de 6,000 soldados atacó al ejército mexicano mal equipado de 4,000. El 5 de mayo de 1862, los mexicanos derrotaron decisivamente al ejército francés. La victoria representó un impulso moral significativo para el ejército mexicano y el pueblo mexicano en general y ayudó a establecer un sentido de unidad nacional y patriotismo.
La victoria fue corta, ya que un año después, con 30,000 tropas, los franceses pudieron derrotar al ejército mexicano, capturar la ciudad de México e instalar al emperador Maximiliano I como gobernante de México. Esta invasión solo duró tres años, desde 1864 hasta 1867. Para 1865, “con la Guerra Civil Americana ahora terminada, los Estados Unidos comenzaron a proporcionar más asistencia política y militar a México para expulsar a los franceses”.
Sin embargo, luego de la victoria del 5 de mayo en México, mineros mexicanos en California se enteraron de lo ocurrido, y comenzaron a celebrar esa batalla hacia 1863 disparando espontáneamente fusiles, fuegos artificiales, cantando canciones patrióticas y pronunciando discursos improvisados, según un artículo publicado por el Centro de UCLA para el Estudio de la Salud y Cultura Latina. Así fue que la celebración llegó a Estados Unidos.
No fue hasta la década de 1940 con el ascenso del Movimiento Chicano que “Cinco de Mayo” comenzó a ponerse de moda. Hacia 1950 y 1960 esta fiesta se expandió de California al resto de los Estados Unidos, pero no fue hasta 1980 cuando ganó popularidad cuando los vendedores, especialmente las compañías de cerveza, capitalizaron la naturaleza festiva del día y comenzaron a promoverlo.
“Cinco de Mayo” creció en popularidad y se convirtió en una celebración de la cultura y el patrimonio mexicano, primero en áreas con grandes poblaciones mexicoamericanas, como Los Ángeles, Chicago, Houston y San José.