James Earl Ray es el hombre que asesino a Martin Luther King Jr. en 1968. El hombre, nacido en Alton, Illinois, tenía 40 años cuando empezó a planear el asesinato de King a principios de 1968. En abril de ese mismo año viajó a Memphis y alquiló un dormitorio en una casa bajo el nombre de Eric Starvo Galt, cerca del motel Lorraine, donde se hospedaba King.
El 4 de abril de 1968, Ray se paró en al tina del baño, que compartia en la casa, y por la ventana sacó el rifle para dispararle a King. King se encontraba en el balcon de su cuarto del motel cuando recibió el mortal impacto de bala. Después del ataque, Ray escapó inmediatamente y las autoridades empezaron a buscarlo. Por dos meses las autoridades lo buscaban en cinco diferentes países hasta que lo encontraron en Londres.
El 19 de julio de 1968, la FBI capturó a Ray en Londres y fue extraditado a los Estados Unidos. Ray evitó un juicio y la posibilidad de terminar en la silla eléctrica, al declararse culpable. El asesino de King recibió una condena de 99 años de prisión. Lo que quería que Ray moriría en prisión, lo cual sucedió. Ray murió de hepatitis crónica e insuficiencia renal el 23 de abril de 1998 en Nashville, Tennessee.
Hasta ahora es un debate de quién realmente asesinó a King. Existen teorías que Ray era un chivo expiatorio en el asesinato realizado por la mafia y el gobierno estadounidense. Ray confesó haber asesinado a King pero durante todos sus años en prisión continuó diciendo que era inocente. Joya Jowers era dueño de un restaurante llamado Jim’s Grill, situado cerca del motel Lorraine. Jowers manifestó que él le pagó a un policía llamado Earl Clark para le que le disparará a King. El caso fue llevado a corte en 1998 por la familia King. Dos años después, las alegaciones fueron rechazadas por el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
El hijo de King trato de limpiar el nombre de Ray. Él estaba seguro que Ray no asesinó a su padre. Pero este falleció en prisión y nunca pudieron aclarar el caso.