Este viernes 17 de marzo de 2023, es el Día de San Patricio en Irlanda y en cualquier lugar del mundo donde se congreguen ciudadanos de este país.
La conmemoración al santo patrono de la isla esmeralda tiene como particularidad que todo se viste de verde, no hay lugar donde se mire y este color no esté. Ropa, accesorios, decoraciones, monumentos, y hasta las aguas de los ríos se tiñen del color esperanza.
Pero, ¿Por qué los irlandeses celebran el día de San Patricio usando este color?
En los inicios, el día de San Patricio se celebraba con el color azul. Prueba de ello, es que las antiguas banderas de Irlanda eran azules, y además la orden caballeresca angloirlandesa llamada St Patrick’s Day, eligió el azul como el color de su bandera.
¿Cómo entonces se pasó del azul al verde?
Para entender este cambio hay que adentrarse en la historia de Irlanda. De acuerdo con el portal Carpeta Historia, la isla de Irlanda quedó bajo soberanía inglesa, aunque en forma parcial, desde el siglo XII. Cuatro siglos más tarde, Enrique VIII asumió el título de rey de Irlanda e intentó imponer el anglicanismo, lo que chocó con el catolicismo profesado por la mayoría de los irlandeses. A esto se sumó la política colonizadora de Isabel I, que incrementó la cantidad de soldados ingleses y otorgó tierras en propiedad a ingleses y escoceses que emigraron a la isla.
La subordinación política, religiosa y económica de la población local dio paso, en 1641, a una revuelta, iniciada con el fin de recuperar sus tierras, que desde el Ulster se extendió al resto de Irlanda. Los rebeldes católicos acabaron provocando una masacre de colonos protestantes que fue contestada con la sangrienta represión por parte de las tropas inglesas comandadas por Oliver Cronwell. A continuación se emprendieron nuevas confiscaciones de tierras que consolidaron una clase alta de terratenientes protestantes –mayoritariamente presbiterianos en el Ulster y anglicanos en el resto de la isla–, lo que acentuó aún más la división entre una Irlanda católica y otra protestante.
A fines del XVII, los protestantes (apenas un 20% de la población de la isla) tenían el 86 % de la tierra, mientras que los católicos irlandeses se veían obligados a trabajar las tierras de sus colonizadores y a pagar altos arriendos.
Tras la victoria de Guillermo de Orange a fines del siglo XVII, el protestantismo profundizó su peso en Inglaterra y se pretendió imponerlo también en Irlanda. El Parlamento irlandés quedó dominado por los protestantes y se introdujo una legislación represiva contra el poder económico y social de los católicos: se les prohibió comprar tierras, ocupar puestos en el gobierno y practicar su culto. Esta legislación fue revisada cuando se produjo la independencia de Estados Unidos y frente al temor suscitado por la Revolución francesa: se abolieron las leyes restrictivas respecto al acceso a la propiedad y se otorgó el voto a los católicos, aunque aún quedaban excluidos del poder legislativo, judicial y de la alta administración del Estado.
De acuerdo con el portal Sortira Paris, en 1798, el mismo año en que los británicos encabezaban la segunda coalición contra la República Francesa, en Irlanda maduraba un movimiento de corte interconfesional, la Asociación de los Irlandeses Unidos, liderada por el joven abogado protestante Theobald Wolfe Tone, que impulsó la ruptura de los lazos con Inglaterra. La represión por parte de las tropas británicas dejó en silencio durante un tiempo al movimiento nacionalista irlandés.
Pero, no tardó mucho tiempo para que la rebelión irlandesa estallara, y varios enfrentamientos con la tropa británica condujeron a la guerra por la la independencia y la emancipación católica sucediera.
En la guerra el pueblo irlandés se vistió de verde como representación del catolicismo, basado en el uso del trébol por parte de San patricio para dar explicación metafórica a la Santísima trinidad. El color verde le dio identidad a la nación, y de hecho en las batallas los militantes irlandeses entonaron la canción de guerra ‘The wearing of the green’.
Es detrás de todo este contexto, que la bandera que hoy conocemos de Irlanda tiene plasmados el color verde de los católicos, el color naranja de los protestantes, y una franja blanca en el centro como símbolo de paz entre las dos religiones, según Milenio.
Finalmente, según Mundo Formativo, es de anotar que otra de las explicaciones al uso del verde como color identitario, tiene que ver con el apelativo que se la a Irlanda, como la “isla esmeralda”. Las abundantes lluvias hacen de estas tierras ricos paisajes verdes, de llanos, praderas, bosques, cultivos, y dentro de los que se pueden distinguir hasta 40 tipos de color verde.
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