Otro hombre que marca un nuevo camino para ella, tras recuperarse, es Martín, un detective de la Agencia Antinarcóticos, quien le ofrece su apoyo con la condición de que Catalina siga dándose por muerta y sirva como testigo protegido en la TEA a cambio de que ella diera nombres y rutas de la mafia. Le ofrece una nueva vida en los Estados Unidos.