Este miércoles se llevó a cabo uno de los partidos más esperados siempre en la Liga de fútbol española: el clásico entre el Real Madrid y el Barcelona, y aunque los dos equipos protagonizaron un encuentro bastante movido, al final ninguno logró acariciar la victoria y ambos se fueron a casa con el empate en la bolsa.
El Camp Nou fue el escenario del juego, en medio de protestas e incidentes de orden público a las afueras, mientras adentro los dos oncenos intentaban marcar el gol de la diferencia, que por más que intentaron no logró conseguir ninguno.
Pero más allá del buen trabajo que hicieron ambos equipos, sin duda el gran villano de la gala, y para tristeza de su propio equipo, fue Leo Messi, quien en un acto poco antes visto, tuvo la oportunidad de marcar el gol del triunfo en una clarísima opción que falló, y que muchos califican como “imperdonable”.
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Los visitantes intentaron ejercer presión a lo largo de los 90 minutos, principalmente en la primera parte del juego, pero a pesar de tener avances efectivos, no se concretaron, a la par que los de casa generaron situaciones peligrosas, muchas de ellas promovidas por Messi.
Aunque el empate dejó a ambos equipos con los mismos 36 puntos, el Barcelona se mantiene como líder de la tabla por diferencia de goles.
Desde el 2002 ningún empate de los merengues y los anfitriones había terminaod sin goles.
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A lo largo del juego varias figuras de ambos oncenos brillaron, como ocurrió como Casemiro, quien al minuto 16 intentó marcar con un remate de cabezazo en el área y con Sergio Ramos, quien frenó a Messi.
Lo mismo ocurrió con Ter Stegen, al minuto 43 y Arturo Vidal.
Los merengues también sufrieron por el VAR, que mostró que la jugada que Mendy desbordó por izquierda para que Gareth Bale anotara, no era gol, pues el francés estaba en fuera de lugar.
Zidane intentó mover sus fichas hasta el final, sin ningún éxito, como ocurrió faltando 10 minutos para el final del encuentro, cuando metió a Modric y Rodrygo mandando a sentar a Valverde y a Isco.
Lo mismo intentó hacer el equipo de Messi, que llamó a la cancha a Ansu Fati por Griezmann, pero el 0-0 no se movió y el pitazo final selló el empate en uno de los clásicos del que la hinchada pedía más.