Un exsenador del gobierno de Haití fue quemado vivo junto a su sobrino. El crimen fue perpretrado por una poderosa pandilla que estaría vinculada a varios crímene de tintes políticos.
Los restos calcinados de Yvon Buissereth, quien se desempeñaba en el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, fueron hallados el sábado en en Laboule un sector de Puerto Príncipe. Junto a él se encontraba su sobrino.
Me Jacques Lafontant, fiscal de Puerto Príncipe, se dirigió a la escena del crimen. Allí confirmó que tanto Yvon Buissereth como su sobrino fueron asesinados por la peligrosa pandilla conocida como Ti mamak.
Muy cerca de allí, en Pelerin, en julio del año pasado una pandilla irrumpió en la casa del presidente Jovenel Moïse para asesinarlo.
Duelo de pandillas
Tras el crimen del presidente, ocurrido en julio del 2021, las pandillas políticas de Haití han cobrado fuerza y se disputan el control del territorio. Ti mamak, pequeños macacados, tiene como enemiga a la pandilla Toto.
El exsenador y su sobrino fueron hallados en una calle que es utilizada para evadir la zona de Martissant, punto de conexión de Puerto Príncipe con el sur de Haití y territorio dominado por las pandillas. Lamentablemente, les habían tendido una trampa.
En enero del 2022, los periodistas John Wesley Amady y Wilguens Louissaint fueron ejecutados por pandillas criminales muy cerca de donde ocurrió el crimen del exsenador, más precisamente en la zona de Laboule 12.
Condena del crimen en las redes sociales
La voz más importante que condenó los hechos fue la del primer ministro Ariel Henry, quien calificó el crimen del exsenador como “un acto barbárico”.
“Sus asesinos, así como todos los demás criminales que siembran el luto en el país serán procesados con todo el peso de la ley y responderán ante la justicia por sus actos nefastos”, escribió Henry en la noche del domingo.
El presidente del senado de Haití, Joseph Lambert, se sumó al pedido de justicia: “El senador Yvon Buissereth ha muerto hoy (sábado). El jefe de la banda Ti makak lo mató y lo quemó. Este es un acto repugnante más que sigue haciéndonos llorar (…) esta situación no debe seguir así”.
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