En la serie de Netflix Narcos: México, uno de los personajes más pintorescos es Rafael Caro-Quintero, conocido como Rafa. (Advertencia: este artículo contendrá spoilers de la trama).
Rafa es el miembro más ingenioso del cartel de Guadalajara (en la versión ficticia y en la vida real). Se le atribuye haber descubierto el potencial de la marihuana sin semillas que le da al cártel su gran comienzo.
En la serie de Netflix, una escena muestra a Rafa escenificando el secuestro de la hija de un político para que puedan continuar con su amorío clandestino. Ella también está a su lado cuando lo arrestan en un tiroteo sangriento. El personaje de Rafael Caro-Quintero es real. De hecho, fue cofundador del Cártel de Guadalajara, fue llevado ante la justicia (al menos inicialmente) por el asesinato del agente de la DEA Kiki Camarena (aunque hoy está prófugo), y fue pionero en el uso de marihuana sin semilla por parte del cártel en la década de 1980. Sin embargo, ¿es cierta la trama secundaria de la historia de amor que involucra a Rafael Caro-Quintero?
La respuesta: tiene algunos elementos que están anclados en la vida real. En la vida real, la novia de Rafael Caro-Quintero era Sara Cosio, no Sofia Conesa.
Esto es lo que necesita saber:
Rafa y Sara Cosio tuvieron un romance desafortunado
La relación de la vida real entre Sara Cosio y Rafael Caro-Quintero fue tan dramática como lo muestra Netflix.
Según un viejo artículo de la revista Playboy, cuando Caro-Quintero fue arrestado en la década de 1980, estaba al lado de una mujer. “¡No estoy secuestrada! Estoy enamorada de Caro Quintero”, le dijo la mujer, cuyo nombre completo era Sara Cristina Cosío Gaona, al comando que irrumpió esa mañana en la casa que compartía con Rafael Caro-Quintero”, según Playboy. (Puedes ver una foto de ella aquí).
Sara, conocida como Sarita, sí provenía de una familia política. “Sarita es hija de un exsecretario de Educación de Jalisco y es sobrina del exgobernador Guillermo Cosío Vidaurri”, informó Playboy. Se conocieron en una fiesta y su padre se opuso al romance.
Según CapitalMexico.com, “se divirtieron alquilando discotecas de moda para ellos y el pequeño grupo de personas que los acompañaban”.
¿Estaba Rafa realmente tan enamorado de ella en la vida real como lo está en Netflix? Más o menos. “Siempre vivo enamorado. Las amo a todas, porque nací de una mujer”, dijo, según Playboy. Según la revista, Caro-Quintero fue amante de muchas mujeres, no solo de Sara Cosio.
El libro Postales mexicanas de Carlos Monsiváis también trata extensamente el asunto Rafa-Sara. Según el libro, ella era Sara Cosío, sobrina de un político que entonces era presidente del gobernante Partido Revolucionario Institucional conocido como PRI. El libro dice que la historia de la pareja es “pura leyenda” y que hay hechos mezclados con fantasía y “hechos posibles”.
La historia cuenta que Rafa se enamoró de Sara, quería casarse con ella y, de hecho, la “secuestró” y se la llevó a Sonora en 1984.
Algunas fuentes dicen que Rafa le dijo al padre de Sara: “Estoy enamorado de tu hija y quiero casarme con ella. Será mejor que la olvides o muchas personas de tu familia morirán”.
En 1985, según el libro, ordenó “incendiar cinco autos lujosos frente a la residencia de la familia Cosío”.
Las cartas de amor atribuidas a Sara y Rafa también se publicaron ampliamente, según el libro (que indica que pueden ser verdaderas o apócrifas). Una carta, aparentemente de Sara, decía en parte: “Aunque todo ha sido muy loco, te portaste bien”. “La verdad es que eres muy bueno y solo finges ser mal”.
Rafael Caro-Quintero vive prófugo
Después del secuestro de Kiki Camarena, la presión sobre el cártel se intensificó y el padre de Sara, César Octavio Cosio Vidaurri, anunció que había sido secuestrada por Rafa cuando regresaba de una discoteca con su esposa e hijo.
Una llamada telefónica rastreada desde la mansión donde estaban escondidos Rafa y Sara condujo a su arresto, y ella lo identificó ante los agentes de la DEA que llegaban, según el libro. “Caro Quintero y Sara Cosío estaba semidesnudos en la cama. Cuando reaccionaron, vieron su habitación llena de uniformados, pasamontañas y fusiles de asalto”, informa CapitalMexico.com.
Rafael Caro-Quintero fue sentenciado a cumplir 40 años de prisión por la muerte del agente de la DEA Kiki Camarena en la década de 1980, pero en 2013 fue liberado después de que un tribunal mexicano, en apelación, dictaminara que debería haber sido juzgado en un tribunal estatal, no federal. tribunal. Sin embargo, en solo unos días, el Fiscal General de México emitió una orden para el arresto de Rafael Caro-Quintero. Posteriormente desapareció.
En 2018, The Huffington Post describió la vida prófuga de Rafa: “Perseguido por las autoridades mexicanas y estadounidenses, nunca duerme dos veces en el mismo lugar, según sus guardias. Su cama es un saco de dormir, su techo la lona de una tienda. Durante el día, acecha las montañas como un fantasma, con la cabeza perpetuamente estirada hacia el cielo, buscando drones en las infranqueables montañas”.
El gobierno de los Estados Unidos está ofreciendo millones de dólares en recompensa por su captura.