El Pentágono admite su “trágico error” al matar 10 civiles en Kabul

Un miembro de las fuerzas de seguridad afganas monta guardia en el sitio de un ataque en Kabul el 20 de diciembre de 2020.

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Un miembro de las fuerzas de seguridad afganas monta guardia en el sitio de un ataque en Kabul el 20 de diciembre de 2020.

Durante el viernes, el ejército de EE.UU. admitió que el ataque con dron que ejecutó en Kabul en los últimos días de la evacuación de sus tropas y personal diplomático fue una fatal equivocación.

El ataque, que se produjo el pasado 29 de agosto de 2021, que tenía como objetivo militar un vehículo civil que tomó por “amenaza inminente del Estado Islámico-K (ISIS-K), grupo terrorista acusado de haber realizado un atentado tres días atrás en el aeropuerto de Kabul, dejando 200 personas muertas, entre ellas 13 integrantes de las fuerzas militares de los Estados Unidos, se equivocó, y contrario de perpetrar el ataque contra los extremistas, impactó con misil la parte trasera de una Toyota Corolla blanca, conducida por un padre de familia que trabajaba para la ONG, Nutrición and Education International, cuando este la estacionaba en la puerta de su hogar en la noche de ese domingo.

El Pentágono admite su “trágico error” al matar a 10 civiles en Kabul, siete de ellos niños.

Tal como habían advertido algunos medios, el supuesto terrorista era un afgano que había colaborado con EE.UU. Informa @fgdelrio.


 
Ahmadi, era un jefe de hogar que vivía junto a sus hermanos y sus familias, y algunos de los niños que murieron en el ataque, se habían acercado al carro para saludarlo, pero la explosión reventó las ventanas del carro, matando a siete de ellos y a tres adultos más que fueron alcanzados por la detonación.

“Fue un error y ofrezco mis sinceras disculpas”, admitió el general Kenneth McKenzie, jefe del Mando Central de Estados Unidos ante los periodistas, al transmitir sus “profundas condolencias” a los familiares de los fallecidos.

“Además, ahora estimamos que es poco probable que el vehículo y los fallecidos estuvieran asociados con el ISIS-K, o representaran una amenaza directa para las fuerzas estadounidenses”, agregó el general, refiriéndose al Estado Islámico del Gran Jorasán, la facción afgana del EI.

Dijo McKenzie que El Pentágono estaba considerando reparaciones para los civiles muertos.

Una escena malinterpretada

El estado desde Washington reconoció su equivocación, y dijo que la realidad de lo que sucedió en el ataque fue muy diferente. El pentágono señaló que las explosiones secundarias que sucedieron después del impacto al vehículo no fueron por el supuesto cargamento de explosivos, sino la llamarada consecuente al impacto y a la detonación sobre el mismo. Establecieron que realmente el conductor muerto no era un terrorista, sino que se trataba del ciudadano Zamarai Ahmadi, un hombre de 37 años, jefe de hogar, que durante muchos años trabajó para una organización humanitaria estadounidense.

Indicó el Departamento de Defensa del país, que la vigilancia que sostenía el dron detectó que había un operativo del Estado Islámico-Jorasán oculto en una vivienda y se le vio cargando el coche con explosivos para un ataque inminente, pero la realidad era otra, Ahmadi, solo cargaba bidones de agua para su familia.

De acuerdo con declaraciones de familiares de Zemerai, estos relataron que él se encontraba solo en el vehículo, y que pitó al llegar a casa. Su hijo de 11 años salió corriendo y subió al coche, mientras que los demás niños entre ellos un sobrino, salieron a mirarlo, y en ese momento se produjo el impacto del misil.

“Eran 10 civiles”, dijo a NBC News este mes Emal Ahmadi, quien indicó que su hija pequeña, Malika, estaba entre los muertos. “Mi hija… tenía 2 años”, contó.

De acuerdo con El País, que ante el silencio de Washington, que se prolongó durante casi dos semanas, el diario The New York Times publicó recientemente una demostración, basándose en fotografías e imágenes por satélite, de que las víctimas habían sido miembros de una familia y no el supuesto vehículo pilotado por terroristas del ISIS-K y cargado de explosivos que, teóricamente, se dirigía al aeropuerto con intención de atentar de nuevo.

Cabe señalar, que hasta el momento el pentágono, había defendido su operación militar, asegurando ser un “ataque justificado”, luego de que el Comando Central del ejército de EE.UU, de hecho, detallara que se detectaron “explosiones secundarias” al impacto sobre el automotor, lo que demostraba la presencia de explosivos.

Al respecto, señaló el presidente del Estado Mayor Conjunto, Mark Milley, que “en un entorno dinámico de un alto grado de amenaza, los comandantes sobre el terreno tenían la autoridad apropiada y tenían una certeza razonable de que el blanco era válido” y que solo un análisis posterior del ataque les permitió concluir que mataron a los civiles.

Por su parte Lloyd Austin, secretario de Defensa, se refirió a los familiares y sociedad en general, diciendo que: “En nombre del Departamento de Defensa, ofrezco mis más profundas condolencias a las familias de quienes fueron asesinados, incluido el señor Ahmadi y el personal de Nutrición y Educación Internacional, compañía [ONG] del señor Ahmadi”, cuyas actividades eran completamente “inofensivas”.

“El señor Ahmadi es sólo una víctima inocente como lo fueron los demás que murieron trágicamente en este incidente”.

Además, el funcionario aclaró que Estados Unidos está consciente que Ahmadi no tenía ningún tipo de conexión con el estado Islámico.

“El señor Ahmadi es solo una víctima inocente como lo fueron los demás que murieron trágicamente en este incidente. Nos disculpamos y nos esforzaremos por aprender de este horrible error”, dijo el secretario de Defensa.

Finalmente, añadió que ordenó al Comando Central una investigación a fondo para dilucidar lo ocurrido y prometió que los responsables rendirán cuentas por el error.

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