Son cientas las madres inmigrantes que a diario se lanzan desde países de Centroamérica a la odisea de poder llegar hasta la frontera con Estados Unidos, huyendo de la violencia. Y a lo largo de la dura travesía que deben recorrer, aquellas que tienen hijos pequeños tienen un reto adicional en medio del viaje: evitar que sus bebés lloren.
Así lo denunciaron varias madres inmigrantes que hablaron con Noticias Telemundo, donde aseguraron haber sido objeto de amenazas por parte de los coyotes que las cruzan, quienes exigen que mantengan en total silencio a sus bebés, incluso si ello significa ponerlos en riesgo.
En el reportaje, presentado por el citado canal, madre como Katia, narraron escenas de terror que debieron soportar ante las órdenes de los traficantes, quienes les advirtieron que si sus niños lloraban, lo que pudiera ponerlos en riesgo de ser descubiertos por las autoridades, tomarían medidas en su contra.
Aquí puedes ver el video en el que se oyen los testimonios de las madres.
“Yo traté de calmarlo, pero el niño no se calmaba y me gritaban que lo calmara, o si no me lo iban a quitar, y se lo iban a llevar al otro lado”, narró la madre centroamericana, quien agregó que al tenerle la boca tapada a su bebé, de repente empezó a quedarse sin aire. “Empezó a vomitar y vomitar y vomitar, y cuando terminó de vomitar el niño cayó al suelo”.
Y es que tratar de entretener a los pequeños para que no caigan en llanto, es otro de los grandes retos que las madres inmigrantes deben tratar de cumplir para evitar problemas con los coyotes.
Jocelyn Martínez, otra madre entrevistada por Noticias Telemundo, confesó que vivió una experiencia similar con sus niños y dijo que los coyotes son muy insistentes en que la orden de que los pequeños no lloren se cumpla al pie de la letra.
“Nos decían que les taparamos la boca a los niños, que los taparamos, que si no, nos iban a sacar… nos iban a secuestrar”, comentó la madre inmigrante.
Mirna Urbina, otra mujer centroamericana que emprendió el viaje hacia el norte, defendió su caravana, y dijo que decidió decirle adiós a su país, para poder darle una vida segura a su niña, pues en su tierra no podía ni siquiera darle lo básico.
“Me tocó venirme para que mi hija no aguantara hambre. Uno por sus hijos hace lo que sea, no importa pedir”, comentó la madre.