La reconocida surfista Carmen Greentree presentó su libro ante un nutrido auditorio que, al término del evento, se quedó sin palabras. Es que la australiana reveló el peor momento de su vida: la vez que fue secuestrada en la India. Las vivencias de ese calvario emocionaron a los que estaban presentes.
Corría el año 2003 cuando Greentree fracasó en su intento de clasificar Tour del Campeonato Mundial Femenino. Había pasado los siete años anteriores entrenándose para ese reto junto a la excampeona Stephanie Gilmore.
“Durante 7 años de mi vida estaba dedicada al 100% en convertirme en surfista profesional. Desde que me levantaba hasta que me iba a dormir estaba centrada en ser campeona del mundo de surf. Nada me importaba más que eso”, inició su discurso ante el auditorio que asistió a la presentación de A Dangerous Pursuit of Happiness (Una peligrosa búsqueda de la felicidad).
Con 22 años, devastada por ese traspié deportivo, decidió tomarse un año sabático. Emprendió un viaje a la India para tomar un curso de meditación en la capilla del Dalai Lama en Dharamshala, ciudad situada en medio de las montañas del Himalaya.
A su arribo a Nueva Delhi conoció a Rafiq Ahmad Dundoo, un estafador que se presentó como agente oficial de turismo. El hombre la convenció para que viajara en avión hasta Dharamshala. Ella tenía pensado hacerlo en un bus. La insistencia de Rafiq la hizo cambiar de opinión.
El falso agente de turismo la invitó a pasar la noche en su casilla flotante, en YH Sunbeam en Dal Lake. Al día siguiente podría tomar el vuelo rumbo a su destino final. Greentree jamás imaginó que ese día, el 27 de agosto de 2004, iniciaría una pesadilla.
Rafiq Ahmad Dundoo la mantuvo secuestrada durante dos meses. La maltrató física y psicológicamente. La violó casi todos los días que duró su cautiverio.
“Perdí la cuenta de las veces que me violó. Lo he bloqueado tanto que ya no recuerdo la mayoría de los ataques. Estaba completamente rota, ya ni siquiera era yo. Existía como un caparazón en mí.Era un hombre sin escrúpulos morales y claramente no le importaba. Me mostró que tenía la intención de hacerme daño y no sintió ni una pizca de culpa por lo que me estaba haciendo”, recuerda la mujer 16 años después de aquella traumática experiencia.
“Con 22 años me secuestraron 2 meses, con incontables violaciones. Pensé que jamás escaparía de ese bote, que moriría allí de una u otra manera”, agrega.
El grado de impunidad de su agresor se revela con lo que ocurrió después. Porque Greentree, completamente devastada por la situación, se entregó a su voluntad. Dundoo la obligó a vivir junto a su familia. La esposa del hombre, sus hijos y sus padres la obligaban a llevar la vestimenta musulmana. Le entregaron una copia del Corán subtitulada al inglés.
Luego de dos meses, Rafiq Ahmad Dundoo llamó a la familia de la australiana y les pidió dinero. Ese gesto de avaricia la terminó salvando. Las autoridades del país océanico iniciaron la búsqueda de la mujer. La policía localizó el barco y detuvo a su captor y su hermano, Shabir Ahmad Dundoo.
Carmen regresó a Australia. Nunca pudo volver a la India a prestar declaración. Por este motivo, los detenidos fueron puestos en libertad a los seis meses.
“Escribí mi libro para mostrar cómo aprendí y cómo me curé. Quiero que la gente lo lea y espero que puedan crear una buena vida independientemente de lo que haya sucedido”, cuenta hoy. Vive en Sidney, está casada y tiene tres hijos.
A raíz de las acusaciones, un periódico de la India, The Kashmir Monito, se contactó con Rafiq Ahmad Dundoo. El hombre negó los dichos de la mujer, dijo que inventó esa historia para promocionar el libro.
“¿Por qué debería hacerlo? Hemos estado sirviendo a turistas por generaciones. Sabemos que representamos a toda Cachemira cuando tratamos con ellos. ¿Por qué haría algo que arruine toda mi vida?”, se defendió.
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